Sistema Preventivo

Don Bosco desarrolló la experiencia pedagógica del Sistema Preventivo mientras vivió una misión particular de Dios entre los jóvenes pobres de Turín. Este sistema es entonces la expresión de la llamada particular de Dios, para dedicar su vida a la misión educativa y evangelizadora entre los jóvenes pobres. En otras palabras, es la experiencia espiritual y educativa de Don Bosco en el Oratorio de Valdocco.

El Sistema Preventivo es la fuente y la inspiración de nuestra forma de vivir la misión educativa salesiana, que en la familia de Don Bosco llamamos Pastoral Juvenil Salesiana. Sus opciones son la opción juvenil, la educación evangelizadora, la opción comunitaria, la animación pedagógica, la pastoral orgánica y articulada y la significatividad eclesial y ciudadana.

La llamada que Dios le dirigió a Don Bosco y a la Madre Mazzarello para trabajar por la salvación de la juventud, especialmente de los jóvenes más pobres, nos convoca también a nosotros a vivir, en primer lugar, una espiritualidad, y a participar así en una tarea educativa y pastoral, la de ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes. Por ello actualmente la Familia Salesiana se dedica a buscar el bien de las personas desde lo más precioso de cada interioridad: el amor de Dios vivo en cada corazón.

El Sistema Preventivo, el Espíritu Salesiano, pertenece así a la esencia de la Misión Salesiana, es la síntesis de cuanto Don Bosco quiso ser, es el núcleo de su programa y proyecto pedagógico y pastoral. Es una rica síntesis de experiencia espiritual, una metodología pedagógica y una propuesta de evangelización juvenil.

El Sistema Preventivo:
1) Es Experiencia Espiritual, por cuanto parte de la originalidad de cada persona. Requiere así el servicio educativo de la presencia animadora, de lo que llamamos la Asistencia Salesiana. Es el servicio del acompañamiento y de la animación en reciprocidad y que se dirige a la potencialidad humana de cada joven, en una armoniosa colaboración entre la naturaleza y la Gracia de Dios.

2) es una Metodología Pedagógica y se expresa en actitudes típicas: la búsqueda y el encuentro, la presencia y el diálogo, la propuesta y el acompañamiento integral (cfr. CGXX, 360), todo ello vivido en el dinamismo pedagógico espiritual de un clima de familia que se crea por todos en la Comunidad Educativa Pastoral, como ocurrió con Don Bosco, sus colaboradores y jóvenes en el oratorio de Valdocco.

3) es Propuesta de Evangelización Juvenil porque se inspira en un modo propio de vivir el Evangelio de Jesucristo, la Espiritualidad Juvenil Salesiana. Es un estilo de santidad educativa propuesto desde Don Bosco a cada joven para que crezca en Cristo (Cfr Const. 11).

LOS RASGOS DE LA ESPIRITUALIDAD JUVENIL SALESIANA
El secreto del éxito de Don Bosco educador y de su intensa caridad pastoral, es decir, aquella energía interior que une inseparablemente en él, el amor a Dios y el amor al prójimo, logra establecer una síntesis entre actividad evangelizadora y actividad educativa. La espiritualidad salesiana, expresión concreta de esta caridad pastoral, constituye, un elemento fundamental de la acción pastoral. Es su fuente de vitalidad evangélica, su principio de inspiración y de identidad, su criterio de orientación.
Esta espiritualidad se puede sintetizar de modo sencillo: vivir siempre alegre, con Cristo, en la Iglesia para el bien de la sociedad, especialmente para los jóvenes más pobres.

Lo cotidiano se vive en la presencia de Dios. La vida es el lugar de la respuesta de la vocación humana, cristiana y religiosa. La disciplina y el sentido del deber entrenan en la templanza de la madurez espiritual. La presencia cercana y viva de Dios se contempla en la sencillez de lo cotidiano, como María, que conservaba todo en su corazón (Lc 2, 53).

La alegría y el optimismo brotan en quién se reconoce en el camino de las bienaventuranzas. El clima sereno y familiar alimenta la reciprocidad. Vivir en la Gracia de Dios permite, como María, cantar la alegría y la justicia del Señor (Lc 1,46-55).

La Persona de Cristo impregna la vida con su Palabra, su Cuerpo y su Sangre. Cristo, amigo, alimento y perdón, mantiene vigilante el corazón para cuidar el tesoro encontrado: la Gracia de Dios. Con el testimonio de María, la persona aprende a escuchar a Cristo y a celebrar el tiempo de Dios (cf. Jn 2, 1-5).

El sentido de la Iglesia se vive en la comunión, en el servicio evangelizador y la celebración de la fe. Al lado de la Virgen, como Juan (cf. Jn 19, 26-27), la persona acepta los encargos de Dios para servir a los demás.

El ardor de la Caridad Educativa motiva al servicio de la sociedad desde el Evangelio. Como María que al saber de la situación de Isabel va presurosa a servirla y a llenarla de la alegría del Señor (cf. Lc 1,39-45), así la persona sabe ir al encuentro de este mundo para descubrir en cada circunstancia los gemidos del Espíritu.

Siempre Alegres, con Cristo en la Iglesia para el Mundo, como María.

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