Saludo de Buenos Días n.º 976 del Rector Mayor.
Buenos días mis amigos y amigas:
Estamos yendo a Mornese con los 250 jóvenes, de 20 naciones europeas, que están celebrando el Confronto Europeo Salesiano. Hoy nos acercamos a la figura de Madre Mazzarello (Main). Entre tanto… ,y como reflexión para hoy les ofrezco este pensamiento que, sinceramente, no sé si es de Goethe -como dice la foto imagen-, pero me quedo con el contenido. Dice así:
“El niño es realista; el muchacho idealista; el hombre, escéptico, y el anciano, Místico”… y me quedé pensando en qué porcentaje de cada dimensión tendremos nosotros.
El niño, que es capaz de soñar y jugar con las cosas más simples, ciertamente es muy concreto, muy práctico. Y es cierto que la juventud es la edad de los grandes sueños, los grandes ideales.
En vez de la palabra escéptico atribuida al adulto yo preferiría que fuésemos prudentes y cargado de experiencias -que a veces sí nos hacen, tristemente, escépticos y ‘descreidos’. Y el anciano, sin duda está en una óptima posición para relativizar lo que es pura quimera,pura apariencia, y ahondar en lo auténtico, lo profundo, lo que resiste el tiempo y las etapas de la vida.
Personalmente creo que vivir llevando con nosotros estas dimensiones es muy rico. Sólo me da un poco más de miedo el escepticismo, porque hace a las personas más duras.
Les dejo estas cuatro posibilidades aquí enunciadas para que puedan dialogar hoy con ellas ¿Son más realistas que idealistas? ¿O quizá más escépticos que soñadores? ¿O quizá ya la vida les ha mostrado que sólo lo profundo y espiritual garantiza una vida serena…?
Ustedes dirán.
Con afecto, Ángel. R.M.