Extendidos por todo el mundo, trabajamos en 131 países, ejercemos nuestra acción en Centros Juveniles, Colegios, Escuelas de Formación Profesional, Parroquias, Centros de asistencia a marginados, Escuelas de Formación del Profesorado, Universidades, Residencias, Misiones, centros de comunicación social y otras presencias al servicio de la juventud. Los Salesianos de Don Bosco algo más de 16.000 repartidos por los cinco continentes y distribuidos en 98 Inspectorías o Provincias religiosas.
Las actividades salesianas están concentradas en sectores orientados a la educación de los jóvenes. Se concretan, sobre todo, en parroquias, centros juveniles y escuelas de educación primaria y secundaria, centros universitarios y, sobre todo, escuelas de formación profesional. Las casas de acogida para chicos de la calle o en riesgo de exclusión, que agrupamos bajo el epígrafe plataformas sociales, se han multiplicado en estos últimos años. También el sector de la comunicación social ha experimentado un notable desarrollo.
A estas obras más representativas y que concentran la mayor parte de la actividad de la Congregación, hay que añadir 67 universidades, 527 residencias e internados para jóvenes, 32 emisoras de radio, 11 centros de televisión, 88 librerías, 48 editoriales y 164 centros de formación de salesianos (noviciados, seminarios, centros de estudios teológicos, etc.).
San Juan Bosco dio origen a un amplio movimiento y a grupos diversos, establecidos y reconocidos oficialmente, que comparten un verdadero parentesco espiritual y una consanguinidad apostólica. La forman grupos de sacerdotes y de seglares, de célibes y de casados, de consagrados y de religiosos, según formas de vida distinta dando un testimonio variado de las bienaventuranzas. Todos ellos forman un conjunto orgánico y vital por la fuerza unificadora del espíritu y misión de San Juan Bosco. Se sienten herederos y portadores de su don.
La Familia Salesiana se inserta en la pastoral de las Iglesias locales con una aportación original. Busca el entendimiento y colaboración de otros grupos e instituciones eclesiásticas y civiles para la educación integral, personal y social de los jóvenes y del pueblo, a quienes acompaña mediante la educación en la fe y el trabajo apostólico, hasta que elijan su propia vocación en el mundo y en la Iglesia.