Saludo de Buenos Días del Rector Mayor n.º 653.
EL VALOR DE ESOS AMIGOS INCONDICIONALES… UN CANTO A LA AMISTAD
Buenos días para todos ustedes. Les deseo todo bien.
Hoy quiero detenerme en otra realidad de nuestra vida, de la que todos tenemos experiencia. Quiero referirme al gran VALOR DE LA AMISTAD AUTÉNTICA.
Creo que puede ser válida esta comparación: La amistad es como un violín. Tal vez la música se para de cuando en cuando, pero las cuerdas siguen intactas.
Resulta que todos tenemos experiencia de lo que es tener amigos y amigas desde muy pequeños. Yo deseo referirme a esa experiencia que tenemos como adultos en la que ciertamente muchas personas han ‘pasado’ por la vida de cada uno de nosotros. Pero hay algunos, algunas, que permanecen más allá del paso de los años. Personas con quienes nos comunicamos después de mucho tiempo como si fuese ayer la última vez que nos habíamos encontrados. Personas que son incondicionales, aunque no tengamos que manifestarlo todos los días. Y personas, AMIGOS, AMIGAS, que con su presencia en nuestra vida -aunque sea alejados en cientos o miles de kilómetros- ENRIQUECEN NUESTRAS VIDAS.
Por si quisieran pensarlo, he de decirles que me resulta fascinante y muy atrayente la experiencia de Amistad de Jesús de Nazaret, por ejemplo con Lázaro, Marta y María. Un Jesús que se emociona y llora con sus amigos. Y al igual que ésta, otras tantas experiencias suyas. A mí me habla del GRAN VALOR DE LA AMISTAD, que es Amor diferente de la pareja, diferente de los vínculos familiares, pero en esencia Amor: AMOR DE AMISTAD.
Yo puedo decirles que en mi vida es UN GRAN DON, UN GRAN REGALO.
Que el Señor les bendiga. Con afecto. Ángel. R.M.
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